a menudo me siento pequeñita
una lágrima
un suspiro
apenas nada
una nota distraída
frágil, quieta
en el silencio de tu labio
pero, está bien,
porque tú me ves
y me conoces
y me nombras
y seré para siempre
la memoria de tus manos
así regreso poderosa
capaz de todo
más fuerte que el olvido
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tienes derecho a permanecer en silencio,
pero me encantaría escuchar tu voz